lunes, 21 de julio de 2008

LA SENECTUD Y LA MUERTE

XI Jornadas sobre Emergencias Psiquiátricas




Dra. Adriana Etcheberry



El estado de la inocencia supone la paz y el reposo, pero al mismo tiempo implica otra cosa...

¿Qué es?. La Nada. ¿Pero, qué efecto produce la Nada?.

Engendra la angustia.

Kierkegaard







La Senectud y La Muerte

En los pueblos primitivos los etnólogos han realizado estudios de gran interés. Frazer ha señalado que en muchas de esas colectividades primitivas el jefe se veneraba como una encarnación de la divinidad, pero si la edad con sus avances lo iba debilitando y no se encontraba en condiciones de defender con eficiencia su pueblo, entonces recurrían a matarlo antes de que sufriera esa declinación.

Frazer cita el ejemplo de los viejos de las islas de Fidji que voluntariamente se dan la muerte sin esperar su destino de decrepitud.

Una colectividad que habita al sur de Sudán procede aún con más crueldad llegando a enterrar vivos a los más ancianos en cuanto muestran signos de debilitamiento.

En sociedades civilizadas hasta el Siglo XVIII se cumplían ceremonias que tenían por objeto la expulsión de los ancianos del grupo social, lo que se realizaba mediante ficciones.

En Italia, España y en Francia, el cuarto domingo de cuaresma se hacia el "aserramiento" de una anciana, es decir se fingía aserrar en dos a una anciana real, en ortos casos se quemaban muñecos o maniquíes que representaban a personas seniles.

Los Ciriones, habitantes de la selva boliviana, que viven en estado salvaje, abandonan y dejan morir a sus viejos, que se convierten en un impedimento para su vida seminómade.

En Africa, los Fangs, los habitantes de Gabón, los Thongas, de raza Bantú, ubicados en la parte oriental de Africa del Sur, los Chuckees tribu que habita en Siberia, los Boskínanos, los Esquimales, los Hotentotes y los Ojibwos del Canadá observan conductas eliminatorias frente a sus ancianos aunque la muerte la realizan por distintos medios y muchas veces rodeado de determinado ceremonial.

La China milenaria es quizás el mejor ejemplo de civilización que haya proporcionado a sus personas de edad avanzada el mejor trato y la situación más privilegiada.

El pueblo judío a través de la Biblia, muestra en general el respeto con el que rodea a la senectud.

Reviste interés la posición de la civilización griega frente a la vejez por ser ella la que más ha influido en la civilización occidental actual.

En la mitología griega se señalan ejemplos de antiguos dioses que al envejecer se hicieron malos o perversos suscitando rebeliones que promovieron su sustitución por otros dioses jóvenes.

Otros poetas como Teognis de Megara y Anacreonte cantaron loas a la juventud y lamentaciones al envejecimiento.

Los romanos en la Roma antigua, tenían la costumbre de desembarazarse de los ancianos llevándoles al puente para arrojarlos al agua y que murieran ahogados.

El cristianismo mejoró la condición de las personas de edad avanzada con los principios de su doctrina, sin embargo durante el Bajo Imperio y la Alta Edad Media, los ancianos tenían poco acceso a la vida pública.

La Edad Media, en general dominada por el ideal caballeresco, se mostró poco favorable con los gerontes.

En el Siglo XVIII comienza a observarse en Europa un aumento de la población con disminución de la mortalidad en edades tempranas y correlativamente empieza a aumentar la proporción de gerontes.



Contemporáneamente la actitud de la sociedad frente a la vejez experimentó cambios trascendentales que puede resumirse en una verdadera toma de conciencia y este cambio radica en que en los países desarrollados se presenta un fenómeno demográfico que se conoce con el nombre de envejecimiento de la población, pero tan cargado de consecuencias que algunos lo han denominado la revolución vital del Siglo XXI.



La persona que envejece cae en un problema metafísico: la angustia de lo que se oculta tras la muerte y que cualquiera que sea la posición que se tome ante este misterio, no tenemos ninguna seguridad de que sea cierta.

Esa angustia crece cuanto más se acerca el instante del tránsito, cuando puede ocurrir que sujetos escépticos o incrédulos o agnósticos se conviertan en creyentes fervorosos o los que tenían una fe o un credo religiosos se reafirman más, al punto de caer en el misticismo o la beatería.

Los dos temas constituidos por el morir y la muerte, entran en la categorías de tabúes, si nos hacemos cargo de que la mayoría de nosotros preferimos evitarlos o ignorarlos en las discusiones de la vida diaria.

Estos temas cobran particular importancia en la senectud y quizás la anormal aversión a los mismos pueda ser disminuida empleando la expresión más neutral como "el estado terminal".

En algunos casos, este estado se inicia cuando se instala una enfermedad que se sabe de pronóstico fatal, continuado la enfermedad su curso, pero pudiendo la persona darse cuenta del futuro mortal.

En ortos casos, el estado terminal surge gradualmente cuando la persona se apercibe de que tiene muy acortada su expectativa de vida.

Por definición, la expectación ulterior de vida en una persona anciana es pequeña y por lo tanto sus probabilidades de morir son elevadas aunque la causa posible de muerte y el tiempo que le resta vivir son inciertas.

Una persona anciana alcanza el estado terminal cuando se da cuenta que puede morir en cualquier momento por causas naturales y cuando su comportamiento está influido por la significación de este hecho.

Hay una amplia gama de diferencias individuales que van desde aquella persona que padece crisis emocionales severas ante la perspectiva de morir y las que exhiben una aceptación tranquila o aún humorística de ella.

Algunos de los efectos del estado terminal, como el dolor, el insomnio, las incontinencias pueden ser más perturbadoras y deprimentes que las perspectivas de morir.

La vida, considerada como energía sobre la que se basa la existencia de los organismos, constituye en cuanto a su origen y esencia el mayor problema de la biología.

La vida humana es un bien cuya protección prioriza a la condición humana en el marco del desarrollo histórico de las sociedades y del progreso de su conciencia moral. Es el primero de los derechos humanos que adquiere el hombre por el solo hecho de serio.

Una filosofía de la vejez debe comenzar por una filosofía del hombre mismo.

El hombre no puede elegir su tiempo de nacer y de morir, pero tanto el nacimiento como la muerte, dan significado a su vida.

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