lunes, 21 de julio de 2008

EL CONCEPTO FREUDIANO DE NARCISISMO

XI Jornadas sobre Emergencias Psiquiátricas





Lic. Claudia Peláez





"Narciso suspira
¿Cómo podría poseer y al mismo tiempo no poseer?

Acerca del Concepto Freudiano de Narcisismo y su Importancia Social


Cuenta la leyenda griega: Cerca del monte Helicán vivía Narciso, hijo de la ninfa azul Liríope y del dios-río Cefiso, que por su extraordinaria belleza era requerido de amores por todas las ninfas y aun por los hombres, pero él por orgullo permanecía alejado del amor. El adivino Tiresías le vaticino a su madre: "Narciso llegará a ser muy viejo, mientras no se conozca a sí mismo".

Uno de sus tantos enamorados rechazados fue Animas, a quien Narciso muy disgustado por sus deseos amorosos le envió como regalo una espada, con la orden implícita de que se diera muerte. Animas obedeció pero antes maldijo a su amado. Entre las ninfas había una llamada Eco, que debido al castigo impuesto por Hera no podía comunicarle a Narciso sus sentimientos, ya que solo le estaba permitido repetir los últimos sonidos de lo que oía. Un día Narciso salió a cazar ciervos con una red, y Eco siguiéndolo pero incapaz de ser la primera en hablar dejó que él lo hiciera. Narciso, al descubrir que se había alejado de sus compañeros, gritó:

- ¿Hay alguien aquí?
- Aquí (respondió Eco)
- ¿Por qué huyes de mí?
- Huyes de mí (respondió). Eco salió de su escondite y corrió a abrazar a Narciso. Pero él la apartó bruscamente
- ¡Moriré antes de que puedas yacer conmigo!
- Yace conmigo. Suplicó Eco

Narciso se había ido, y ella pasó el resto de su vida languideciendo de amor y humillación, hasta que sólo quedó su voz.

Ante esto la diosa de la venganza Némesis cayó indignada sobre Narciso y haciendo uso de sus divinos dones, llevó a este aun lago claro de la montaña donde Narciso pudo ver reflejada por primera vez su figura. Al contemplar su imagen el joven se enamoró de sí mismo, intenta abrazarse y no lo logra. La imagen desaparecía cada vez que tocaba el agua. Embelesado y languideciendo Narciso suspira: " ¿Cómo podría soportar poseer y al mismo tiempo no poseer? ".

Aunque no había perdonado a Narciso, Eco sintió lastima por él y cuando Narciso clava el puñal en su pecho, repitió: "¡Ay de mí, ay de mí!". Su sangre bañó la tierra y de ésta brotó la flor blanca del Narciso con su corola roja.

La mitología griega tiene la virtud insoslayable de dejarnos en pura reflexión acerca de ella, pero resulta aún más interesante ver aquí como llega a ser Narciso en plena modernidad pie fundamental del psicoanálisis y la psicopatología actual.

El nexo entre griegos y psicología se lo debemos en gran parte a Sigmund Freud y a las diversas explicaciones que él mismo va plasmando a lo largo de sus escritos.

En principio deberíamos aclarar que no fue el padre del psicoanálisis el primero en mencionar el vocablo en textos psicológicos. En Introducción del Narcisismo (1914) Freud afirma haber tomado esta palabra de Paul Näcke quien lo utilizó para describir una perversión, en la que el individuo trata a su propio cuerpo como un objeto sexual mostrando para él la ternura que normalmente se reserva para un objeto exterior.

Pero Freud, en una nota añadida en 1920 en Tres ensayos, modifica esta afirmación atribuyendo la utilización a Havelock Ellis, quién publico un trabajo titulado "autoerotismo, un estudio psicológico" (1898).

En él se puede leer: "Para completar este resumen respecto al fenómeno principal del autoerotismo, mencionare la tendencia que a veces se encuentra en la "autoadmiración", en la que las emociones sexuales son absorbidas con frecuencia se pierden por completo, fenómeno más frecuente en las mujeres. Esta tendencia de tipo Narcissus, en la que el germen característico en las mujeres se halla simbolizado por el espejo, se encuentra en menor grado en hombres con inclinaciones femeninas.

Lo que sucedió en verdad es que Ellis era conocido de Näcke, si bien no se conocían personalmente, intercambiaban sus trabajos en cuanto se publicaban. Näcke los traducía al Alemán mientras que Ellis hacía su traducción al Inglés, ambos los publicaban en las diferentes revistas científicas.

Cuando Ellis publica su trabajo sobre autoerotismo, Näcke en su traducción cambia su expresión "tendencia del tipo "Narcissus" por la de "Narcismus". Lo correcto sería entonces atribuir a Ellis la descripción generalizada como actitud psicológica y de la evocación de "Narcissus", el sufijo "ismo" lo añadió Näcke.

Concepto Freudiano de Narcisismo

Para muchos investigadores el primer indicio de este término en Freud, es en 1872 en la carta 125 escrita a Flies, aquí plantea: ..."el más bajo de los estratos sexuales es el autoerotismo, que renuncia a todo fin psicosexual y persigue solo una satisfacción local. Este es reemplazado luego por el aloerotismo pero sin duda, subsiste como tendencia independiente. Así he llegado a concebir la paranoia como un brote de la tendencia autoerótica, como un retorno a aquel estado anterior"... .

Otra versión corresponde a Ernest Jones quien sostiene en su biografía que Freud utiliza el término Narcisismo en una reunión de la Asociación Psicoanalítica de Viena en 1909, cuando dijo: ..." el Narcisismo es un estado intermedio necesario para pasar del autoerotismo al amor de objeto "... .

Más allá de la primera mención del vocablo, Freud fue progresivamente depurando el concepto a través del tiempo. Un primer acercamiento se puede hacer si nos detenemos en trabajos publicados como: "Totem y Tabú"(1913), Un caso de paranoia descripto autobiográficamente(Schreber) de 1911, o Introducción al Narcisismo (1914).

En Totem y Tabú (1913) Freud escribe..." las pulsiones sexuales, en sus tempranos comienzos no se hallan aún orientadas hacia ningún objeto exterior. Cada uno de los componentes pulsionales de la sexualidad trabaja por su cuenta en busca del placer, sin preocuparse de las demás y hallan su satisfacción en el cuerpo del individuo, esta es la fase del autoerotismo a la cual sucede la de la elección de objeto".

..."Un estudio más detenido ha hecho resaltar la utilidad e incluso la necesidad de intercalar entre estas dos fases, una tercera. En esta fase intermedia las tendencias sexuales antes indiferentes unas de otras, aparecen reunidas en una unidad y han hallado su objeto, el cual no es, un objeto exterior ajeno al individuo, sino su propio yo constituido ya en esta época. El sujeto se comporta como si estuviese enamorado de si mismo, y las pulsiones del yo, y los deseos libidinosos no se revelan aun a nuestro análisis con una diferenciación suficiente...".

Escribe en 1911: "El Narcisismo es una fase de transición, es un estado evolutivo de la libido y la elección de objeto(Schreber).

En un viaje a Viena en 1914 Freud describe rápidamente Introducción del Narcisismo, texto que plantea entre otras cosas el lugar del Narcisismo en el desarrollo sexual, también la tajante división entre libido yoica y libido de objeto. Aquí se pregunta: "¿Cuál es la relación entre el Narcisismo y autoerotismo, que hemos descripto como un estado temprano de la libido? ".

"... Es un supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien, las pulsiones autoeróticass son inicialmente primordiales; por lo tanto tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica para que el Narcisismo se constituya...".

A través de estos trabajos pareciera que Freud al no estar totalmente satisfecho con el concepto de autoerotismo tuvo que desdoblarlo en dos fases: la primera del autoerotismo propiamente dicho, momento en que el objeto de la pulsión se borra a favor del órgano que es la fuente de aquella y coincide con esta y una segunda fase, el Narcisismo

En Introducción del Narcisismo Freud aborda la temática Narcisista de un modo más acabado que en textos como" un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci", o el escrito sobre Schreber, que por estos textos se liga al Narcisismo con el autoerotismo y la homosexualidad y en Introducción lo hace en relación al yo.

Freud dice: "El primer Narcisismo, es el del niño que se toma a sí mismo como objeto de amor, antes de elegir objetos exteriores".

Luego en El Yo y el Ello (1923), cambia el concepto, el ello pasa a ser la fuente generadora de energía libidinal y agresiva del aparato psíquico y el yo, su deposito, así el Narcisismo del yo pasa a ser secundario, sustraído de los objetos.

Claro, hay otra faceta del Narcisismo que desarrolla Freud y es la relación de éste con el objeto y el proceso de identificación; por ejemplo en una nota agregada en Tres ensayos en 1910, utilizó el concepto de Narcisismo para explicar la elección de objeto en los homosexuales. La génesis de la inversión comenzaría en los primeros años de la infancia, donde habría una intensa fijación a la madre, seguida por una identificación; cumplida esta etapa el fin sexual quedaría centrado en sí mismo (Narcisismo) y la elección de objeto recaería a partir de ese momento en sobre objetos del mismo sexo en los que volcaría el mismo amor con el que la madre lo amó a él.

En la conferencia XXVI (1917) llamada: "La teoría de la libido: Narcisismo ", Freud pone el acento en el curso que puede tomar el impulso amoroso, la elección de objeto que sucede en la etapa Narcisista se puede hacer en dos sentidos, según el tipo Narcisista en el que se adopta alguien que se parezca en todo lo posible, o según el tipo anaclítico, en el que son elegidos como objeto de la libido aquellas personas que han satisfecho en la vida necesidades primarias.

También en 1917, pero en Duelo y Melancolía plantea una clara explicación del mecanismo de las afecciones Narcisistas. La sustitución del amor de objeto por una identificación. Para que esto se produzca se hace necesario la elección Narcisista de objeto, condición que llevaría en ciertas ocasiones, a retroceso de la libido de objeto al yo.

Es interesante ver la relación de Narcisismo con el sueño y la psicosis. En Adición Metapsicológica a la teoría de los sueños (1917) Freud resalta la vuelta de la libido de los objetos al Yo en el fenómeno del sueño, como parte de un proceso normal del aparato psíquico y que formará al igual que la vuelta de lo reprimido, el contenido de los sueños.

Ahora la diferencia entre el sueño y la psicosis estribaría en que la persona normal, al volver el Yo a la vigilia, recarga los objetos, mientras que el psicótico por las serias fallas en sus funciones yoicas, no puede efectuar con éxito esta recarga. En Disposición a la Neurosis Obsesiva (1913) atribuye el delirio de grandeza a la libido liberada y acumulada en el yo, y la dificultad de conseguir la transferencia en Parafrenias y Esquizofrenias a una fijación al estadio de la evolución de la libido correspondiente a la fase autoerótica y narcisista.

Por último, puede verse en la obra Freudiana el concepto de Narcisismo ligado a una visión del m mismo como carácter y como estructura

En Totem y Tabú (1913), vislumbra el Narcisismo como estructura cuando afirma que la fase Narcisista es una organización que como tal no desaparece nunca por completo. Recién en 1931 en el texto Sobre los tipos libidinales, da una visión ampliada del Narcisismo como carácter..."el llamado Narcisista no encuentra ninguna tensión entre el yo y el superyo, el interés principal se dirige a la autoconservación, muestra independencia y escaso amedrentamiento. El yo dispone de una elevada medida de agresión que se da a conocer en su prontitud para la actividad; en la vida amorosa se prefiere el amar al ser –amado- . Los hombres de este tipo se imponen a los otros como "personalidades", sirven de apoyo a los demás, son conductores, dan nuevas incitaciones al desarrollo cultural"... .



Narcisismo y Sociedad

Yo soy alguien gracias a ti.
Sin ti, nada soy.

La criatura humana tiene la necesidad irrenunciable de ser reconocida por otro semejante, la necesidad de ayuda, protección y reproducción conduce en definitiva a vivir en sociedad donde ser aceptado es un requisito primordial.

El Narcisismo, complemento libidinal del egoísmo humano impone la dependencia del sujeto a otros semejantes, para que estos confirmen la identidad de aquel como ser. El Narcisismo es la raíz del vinculo social con todas sus manifestaciones, lo que motiva, que en forma consciente o inconsciente en la realidad o en la fantasía, el hombre posea en su mente un modelo de vínculo con por lo menos algún otro semejante.

Raíz Narcisista: Satisfacer la necesidad narcisista primordial (ser amado por otro) implica en última instancia, que el otro que me ama a mí esta pendiente de mis deseos para satisfacerlos. Es feliz si lo logra y sufre si no. Este amor extremo es la absurda pretensión de la estructura narcisista, pero en la normalidad debe modificarse para permitir la convivencia social. El problema se presenta en el narcisista por la dificultad de abandonar este modelo, revive como deseo esa pretensión ya imposible, y busca satisfacción en cualquier objeto sustituto. Si las debilitadas contracargas (las fuerzas del superyo) no logran controlar al impulso hostil reforzado por la frustración Narcisista de ser valorado y querido, a sentirse rechazado solo convierte esa necesidad en deseo de dominio, de sometimiento o aun de aniquilar al otro si se resiste (aspecto más temible del Narcisismo) .

Esto acentúa la importancia de la respuesta del otro, lo que resaltaría la dependencia del sujeto. Sin restar su importancia a las gratificaciones narcisistas provenientes de algunos otro objetos significativos es la herida narcisista, sin embargo, la que estructura una instancia psíquica tan imprescindible como el superyo en el Complejo de Edipo, esto significa que es el miedo a la soledad, el desprecio y a la marginación, en fin el miedo a estas heridas narcisistas que disminuyen al mínimo la autoestima, lo que alimenta someterse a las normas.

Hoy por hoy el Narcisismo es una de las temáticas actuales retomadas con mayor interés pero al mismo tiempo más controvertida y oscura del psicoanálisis. Tal vez echando luz a las fuentes encontraremos el camino iluminado para conocer este fenómeno tan particular. Simplemente pretende ser el objetivo de este trabajo.

BIBLIOGRAFIA

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Revista Argentina de Psicoanálisis, Vol. VLVII (1990)
Doria Medina Eguia, Roberto: Algunas reflexiones sobre el Narcisismo. Revista de psicoanálisis Vol. XXXVI (1980)
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Graves, Robert. Los mitos griegos. Edit. Ariel
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Rodrigué, Emilio. El siglo del psicoanálisis, Edit. Sudamericana
Teicher, Manfredo. Narcisismo y Edipo. La inclusión del sujeto en la comunidad cultural. Revista de psicoanálisis (APA), Vol. XXXVIII (1981)
Teicher, Manfredo. Acerca del Narcisismo y la cultura. Revista de Psicoanálisis. Vol. XLVI (1989)
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